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La iluminación LED y la transformación de las grandes ciudades

La iluminación LED y la transformación de las grandes ciudades

16 de agosto de 2013Iluminación, Iluminación LED, Tendencias

La iluminación LED está transformando la fisonomía de las ciudades de todo el mundo, por esta razón, gobiernos, arquitectos y habitantes deberían tomar buena nota de algunas iniciativas que han comenzado a observarse. Estos paisajes nocturnos iluminados prometen un nuevo escenario mundial donde las grandes ciudades competirán entre sí.

Es una tendencia que ha ido creciendo gradualmente y que ha alcanzado su punto álgido en los últimos meses. Algunos artículos recientes en The New York Times y The NY1 discuten sobre la instalación de iluminación LED en dos de los rascacielos más emblemáticos de Nueva York: el Empire State Building y el Helmsley.

¿Por qué la instalación de estos nuevos sistemas de iluminación ha supuesto tanto interés? Para empezar, la iluminación LED (iniciales de Diodo Emisor de Luz) es energéticamente eficiente y de larga duración, cada vez más asequible y más fácil de controlar por programas informáticos.

Arquitectónicamente, estas pequeñas luces pueden cambiar significativamente el carácter nocturno de un edificio, transformando formas oscuras en impecables figuras de vivos colores.

Como se puede ver en el vídeo, las intervenciones de iluminación LED utilizan la arquitectura original del edificio como escenario para un auténtico espectáculo visual. Cuanto mejor sea el sistema LED instalado y la creatividad artística, se lograrán resultados más atractivos.

Nos nos ha de sorprender que en Estados Unidos y Asia las empresas estén buscando “starchitects” o arquitectos estrella para desarrollar al máximo las posibilidades de estos sistemas LED en reconocidas arquitecturas. Un diseñador de renombre puede convertir un lugar común en un punto destacado con su intervención casi de manera instantánea (con los consiguientes beneficios).

Con estas acciones, los propietarios reciben los medios necesarios para preservar las estructuras antiguas de los edificios, que de otra manera podrían acarrear una gran carga financiera debido a sus altos costes de conservación.

Las grandes ciudades del mundo son reconocidas por su skyline, es decir, por la línea del horizonte creada por edificios y lugares destacados. Esto hace que las ciudades transmitan su identidad a través de su topografía visual. Estos horizontes son identificables por los residentes y visitantes por igual. ¿Arriesgamos la identidad visual de las principales ciudades del mundo al “homogeneizarlas” con la misma vibrante paleta de colores de luces LED?

Es innegable que la iluminación LED aplicada sobre la base de un edificio, es una nueva y rompedora aplicación tecnología. Históricamente, los avances tecnológicos son totalmente rechazados o aplicados hasta llegar al exceso. Por ejemplo, la bombilla incandescente también fue explotada hasta lograr su máximo potencial y, paralelamente, los arquitectos encontraron métodos más refinados para implementar los nuevos dispositivos.

El darse cuenta de que la iluminación LED puede ser parte integral del diseño general de una ciudad puede ser la clave para revolucionar nuestros perfiles urbanos.

El arquitecto neoyorquino Louis Sullivan fue el pionero en reconocer que la bombilla incandescente debía integrarse, para pasar de ser un objeto individual a formar parte de un todo, de un diseño en conjunto. Del mismo modo, propone considerar los edificios iluminados LED como partes de un todo colectivo (el conjunto de la ciudad).

Aunque sus formas iluminadas son de lo más variadas, los edificios en sí siguen siendo parte de una sola obra de arte: la vista nocturna de una ciudad. Por otra parte, la naturaleza digital del LED permite que las iluminaciones de los edificios puedan ser coordinadas a escala urbana para producir exhibiciones únicas.

Hay indicios muy significativos del poder del color para transformar una imagen urbana. Como ejemplo, una campaña publicitaria reciente de la ciudad de Nueva York que tiene por objeto atraer a los turistas, comparando los edificios iluminados como los nuevos “Broadway” de las alturas y situando como lo más destacado el Empire State Building.

Estamos en una era en las que las grandes metrópolis están en plena competencia, la capacidad de una ciudad para controlar su imagen (literalmente con los ordenadores que programan la iluminación LED) podría ser una gran oportunidad para mejorar sus relaciones públicas internacionales y locales.

Ya tenemos algunos precedentes, como la vidriera en un depósito de agua en Brooklyn de Tom Fruin. El colorido depósito de agua no sólo fue un icono destinado a generar publicidad e ingresos sino también un auténtico proyecto cultural que tuvo como objetivo mejorar la calidad de vida de los residentes.

Si las instituciones de arte y las comunidades ciudadanas pueden trabajar juntas y colaborar en estas coloridas instalaciones LED, entonces tal vez las ciudades puedan mejorar sus skylines y encontrar maneras de hacerlos propios.

¿Tal vez el futuro de las ciudades sea más brillante que lo que imaginábamos?